Fruto de su espíritu innovador, Bodega Carlos Moro saca partido a las agradables noches del verano para estudiar con detalle cada una de sus cepas. En colaboración con la Universidad de La Rioja, ha puesto en marcha un sistema de medición del vigor y rendimiento de las plantas. Pero, además, este proyecto denominado Superavid permite a los técnicos analizar diferentes cuestiones para prevenir cualquier enfermedad. En la práctica, este proyecto de viticultura de precisión utiliza sensores hiperespectrales como drones para obtener imágenes muy precisas de la planta y facilitar el estudio pormenorizado de cada una de ellas. Como curiosidad, estas imágenes se capturan por las noches, en plena oscuridad, para impedir la interferencia de la luz y obtener un material adecuado. Estos sensores han sido desarrollados por el equipo de Televitis, un grupo de I+D+i de la Universidad de La Rioja y del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) fundado por Javier Tardáguila en 2008.
La viticultura de precisión permite mejorar la calidad de la uva y, por tanto, de los vinos. Además, supone una apuesta clara por la producción sostenible ya que permite una optimización de los recursos. La sostenibilidad es uno de los pilares fundamentales para Bodegas Familiares Matarromera que continuará avanzando en este proyecto hasta finales de 2021.