Skip to content Skip to footer

BODEGA

Excelencia enológica

Bodega CM de Matarromera es una historia plagada de tradición y pasión por la tierra y por el vino. Es el recorrido de un hombre cuyas raíces enológicas se asientan en el corazón de la Ribera del Duero, donde sus ancestros cultivaron la viña con esmero desde el siglo XII, y que se ha transmitido de generación en generación, con sosegado éxito, a las mejores Denominaciones de Origen españolas. En un entorno único, rodeada de bellos parajes moldeados por el viento y por la Sierra de Cantabria, se asienta esta bodega donde tierra, viña y vino se dan la mano en una armoniosa perfección enológica.

En San Vicente de la Sonsierra, epicentro de la excelencia vitivinícola de la DOCa Rioja, se encuentra Bodega CM de Matarromera: tradición e innovación unidas por el vino.

Por historia, por tradición, por calidad y por cuota de mercado, esta Denominación de Origen representa una respetada tarjeta de presentación de los vinos españoles de calidad en todo el mundo. La DOCa Rioja es un sello de prestigio al que se incorporó Bodega CM de Matarromera tras un largo proceso de análisis e implantación. Varios años de prospecciones, de trabajo y de búsqueda de terroirs de excelencia llevaron a esta bodega al municipio de San Vicente de la Sonsierra, con la misión de crear un nuevo emblema en la región de la mano de Carlos Moro, uno de los bodegueros más respetados del sector vitivinícola y enológico nacional, por sus vinos de prestigio y su apuesta por la innovación, la sostenibilidad y la diversificación de Bodegas Familiares Matarromera.

La fundación de San Vicente como villa se remonta a 1170, cuando el rey de Navarra Sancho VI “El Sabio” manda la construcción del castillo (que forma parte del tramo entre Laguardia y Labastida de la frontera del reino de Navarra con el de Castilla). Curiosamente, realiza el encargo a Ferrant Moro que se hace cargo de la dirección de las obras. En 1172 Sancho El Sabio otorgó fuero a la villa de San Vicente de la Sonsierra, que se creó a la sombra de la fortificación, convirtiéndola en villa realenga.