La primera añada del vino riojano CM 2015 elaborado por Bodega Carlos Moro ha obtenido Medallas de Oro en los prestigiosos concursos Berliner Wein Trophy, el más importante de Alemania y uno de los más trascendentales a nivel internacional y CINVE, Concurso Internacional de Vinos y Espirituosos 2018.
En 2015 Bodega Carlos Moro celebró su primera cosecha y sacó a la luz este vino, uno de los más personales del bodeguero Carlos Moro, que lleva sus iniciales y ha sido protagonista en la campaña lanzada por la bodega denominada #connombrepropio. Desde que se presentó en el mes de mayo del pasado año, CM 2015 ha sido premiado en diferentes concursos, como el Concurso Mundial de Bruselas o en Decanter obteniendo, además, excelentes puntuaciones (más de 90 puntos) en las guías más importantes de nuestro país como Peñín, Gourmets o el Anuario de los Vinos El País, entre otras.
CM 2015 procede de viñedos de entre 35 y 50 años de la zona de mayor altura de San Vicente de la Sonsierra. Las uvas, de la variedad Tempranillo y vendimiadas a mano, pasan tres procesos de selección (uno en campo y dos en bodega) para después de las fermentaciones descansar 12 meses en barricas de roble francés y americano. Es un vino de intensidad alta, de color picota intenso y brillante, con una buena estructura y un gran equilibrio, muy sabroso con largo retrogusto.
Bodega Carlos Moro cuenta con las marcas CM (con los vinos CM y CM Prestigio), Oinoz (Oinoz Crianza y Oinoz by Claude Gros) y Carlos Moro Vinos de Finca. El bodeguero ha sido reconocido el pasado año con el Premio Nacional de Innovación por el Ministerio de Economía y Competitividad, galardón que le entregó el rey Felipe VI debido a su amplia trayectoria innovadora desde que en 1988 fundó Bodega Matarromera gracias a la tradición vitivinícola de sus antepasados.
En el año 2014 materializó su apuesta por la prestigiosa Denominación de Origen Calificada Rioja constituyendo la empresa “Bodegas & Viñedos Carlos Moro” tras llevar dos años realizando diversos test en la zona, y en 2016 abrió sus puertas al Enoturismo ofreciendo diferentes experiencias a los turistas que se acercan a esta zona de gran prestigio y tradición vitivinícola y que recorren durante su visita el impresionante calado subterráneo de 300 metros de longitud y más de 1.200 metros cuadrados y las diferentes plantas a través de un elevador panorámico desde el que se puede contemplar el proceso productivo enológico.